Un psicólogo clínico evalúa, diagnostica, trata e interviene en problemas de salud mental y conductuales, además de realizar tareas de prevención y promoción de la salud. También se dedica a la investigación, la enseñanza y la supervisión, y a la dirección y gestión de servicios de salud mental.
Las funciones principales de un psicólogo clínico son:
Evaluación:
Recopilar información sobre el paciente a través de entrevistas, pruebas psicométricas y observaciones para comprender sus problemas, habilidades y comportamientos.
Diagnóstico:
Utilizar los resultados de la evaluación para identificar y clasificar los trastornos psicológicos según los criterios del DSM-V o el CIE-11.
Tratamiento e Intervención:
Desarrollar e implementar planes de tratamiento personalizados utilizando diversas terapias basadas en evidencia, como la terapia cognitivo-conductual, la psicodinámica o la humanista.
Prevención:
Identificar factores de riesgo y desarrollar estrategias para prevenir el desarrollo de trastornos mentales.
Promoción de la Salud:
Trabajar para mejorar el bienestar general de las personas y promover estilos de vida saludables.
Investigación:
Participar en estudios científicos para avanzar en la comprensión de los trastornos mentales y mejorar los tratamientos.
Enseñanza y Supervisión:
Formar a otros profesionales de la salud y supervisar a estudiantes de psicología.
Dirección, Administración y Gestión:
Dirigir y gestionar servicios de salud mental, asegurando la calidad y eficiencia de la atención.
Consejo, Asesoría y Consulta:
Ofrecer orientación y apoyo a individuos, familias y organizaciones en temas relacionados con la salud mental.
Enlace:
Colaborar con otros profesionales de la salud y servicios sociales para brindar una atención integral