Valoración y diagnóstico funcional:
Realizar la evaluación inicial del niño mediante instrumentos estandarizados y observación clínica.
Identificar alteraciones en el desempeño ocupacional, áreas de desarrollo y procesamiento sensorial.
Elaborar el diagnóstico ocupacional y registrar la información en la historia clínica según la normatividad vigente.
Intervención terapéutica:
Diseñar e implementar planes de tratamiento individualizados, enfocados en el desarrollo de habilidades motoras, cognitivas, sensoriales y adaptativas.
Desarrollar sesiones terapéuticas lúdicas y significativas que promuevan la autonomía del niño en sus entornos.
Reajustar los objetivos terapéuticos según la evolución del paciente.
Orientación familiar y educativa:
Brindar asesoría a padres, cuidadores y docentes sobre estrategias para apoyar el proceso terapéutico en casa y en el aula.
Fomentar la participación activa de la familia en la rehabilitación del niño.
Registro y seguimiento:
Diligenciar correctamente la historia clínica, notas evolutivas, planes de tratamiento y reportes de alta.
Hacer seguimiento periódico al progreso de los pacientes y documentar los resultados.