Prospección de clientes: Identificar y contactar potenciales compradores de soluciones tecnológicas, manteniendo una base de datos actualizada.
Análisis de necesidades: Evaluar los requerimientos específicos de cada cliente para recomendar la solución tecnológica más adecuada.
Asesoramiento técnico: Proporcionar información especializada sobre características y funcionamiento de equipos, software y servicios TIC.
Elaboración de propuestas: Crear presentaciones y documentos técnicos que ilustren los beneficios de las soluciones ofrecidas.
Negociación: Establecer precios, condiciones de crédito y cerrar contratos favorables para ambas partes.
Seguimiento post-venta: Asegurar la correcta implementación y satisfacción del cliente después de la compra.
Gestión de entregas e instalaciones: Coordinar la logística para que productos y servicios lleguen al cliente en tiempo y forma.
Resolución de problemas: Atender inquietudes técnicas y buscar soluciones rápidas a cualquier inconveniente.
Retroalimentación a fabricantes: Comunicar las reacciones y nuevas necesidades detectadas en los clientes.
Estructuración de categorías: Organizar el portafolio de productos y servicios según requisitos técnicos y estrategias comerciales.
Estimación de costos: Calcular presupuestos para instalaciones, mantenimiento y servicios adicionales.
Elaboración de informes: Documentar actividades, resultados y oportunidades de mercado.