La persona seleccionada será un pilar fundamental en el día a día de la inmobiliaria, garantizando la eficiencia de los procesos administrativos y potenciando la gestión comercial. Sus responsabilidades se dividirán en dos áreas clave:
1. Tareas Administrativas y Operativas:
Gestión de la Información: Alimentar, organizar y mantener actualizada la base de datos de inmuebles y clientes (propietarios, compradores y arrendatarios) en el sistema o CRM de la inmobiliaria.
Atención al Cliente: Ser el primer punto de contacto telefónico y presencial en la oficina, brindando una atención profesional y direccionando las solicitudes de manera eficiente.
Coordinación de Agenda: Agendar y confirmar citas para visitas a propiedades, reuniones con clientes y avalúos, optimizando los tiempos y rutas del equipo comercial.
Gestión Documental: Preparar, revisar y archivar la documentación necesaria para los negocios: mandatos de captación, contratos de arrendamiento, promesas de compraventa, entre otros.
Soporte Logístico: Coordinar la entrega y devolución de llaves de las propiedades, y apoyar en la gestión de reparaciones o adecuaciones menores cuando sea necesario.
2. Tareas de Apoyo Comercial:
Publicación de Inmuebles: Redactar descripciones atractivas y persuasivas de las propiedades y encargarse de su publicación en los portales inmobiliarios, redes sociales y página web de la empresa.
Seguimiento a Clientes Potenciales: Realizar el primer contacto con los clientes que solicitan información a través de los portales, con el objetivo de calificar su interés y agendar una visita con un asesor.
Preparación de Material: Apoyar en la creación de fichas informativas de los inmuebles y otro material de presentación para los clientes.
Apoyo en la Muestra de Inmuebles: Ocasionalmente, realizar la muestra de propiedades a clientes potenciales, presentando sus características y beneficios.
Gestión Post-Venta y Post-Arriendo: Realizar seguimiento para asegurar la satisfacción del cliente y mantener una relación a largo plazo.