Asistencia en las actividades de la vida diaria de los adultos mayores, como el apoyo en la higiene personal (baño, aseo bucal, cambio de ropa y pañales), la movilización (ayuda para caminar, trasladarse o levantarse de la cama), y la alimentación (ayudar a comer a quienes lo requieran). También puede colaborar en la toma de signos vitales como la presión arterial, la temperatura, la frecuencia cardíaca y respiratoria, registrando esta información para el seguimiento del personal profesional.
Asimismo, el aprendiz participa en actividades recreativas y de socialización organizadas para los residentes, promoviendo su bienestar emocional. En algunos casos, también puede colaborar en tareas básicas de organización, limpieza del entorno inmediato del paciente y manejo adecuado de residuos hospitalarios.